Si vienen envasado lo sacaremos del plástico, si viene envuelto en papel y en funda, quitaremos ambas cosas y dejaremos la pieza al aire.
La ubicación de la pieza también es un factor importante y que puede alterar su conservación. Sea como fuere, una vez en casa, el jamón debe ser guardado en un lugar seco y fresco, lejos de la luz directa. Las bodegas son los lugares perfectos para mantener las piezas, en casa podemos buscar la opción del trastero. Es importante mantenerlo a salvo de los cambios bruscos de temperatura, por lo que no aconsejamos tenerlo en la cocina.
La mejor manera de conservar un jamón, es colgado completamente de una cuerda o argolla. De esa forma le dará el aire a toda la pieza de manera homogénea.
Si vas a mantenerlo algo de tiempo, también te recomendamos que cada dos semanas cojas un trapo, le añadas aceite de girasol y lo extiendas suavemente por la pieza. La parte más sensible y que antes se puede secar es la cara interna de la pieza, donde se despega de la cadera y donde se encuentra precisamente ese hueso. Esto te ayudará a que la pieza no se reseque ni acortece demasiado.