La relación entre el consumo de carne procesada y el cáncer de colon, advertida ayer por la Organización Mundial de la Salud, ha causado todo tipo de reacciones. Desde la angustia de los más carnívoros al "te lo dije" de los menos afines a la proteína animal. Pero, al final, la duda es la misma: ¿Hay que dejar de comer carne roja?
Sobre esto, la Técnico Superior en Dietética y Nutrición Lorena González Montero opina que no hay que alarmarse por este comunicado, ya que ningún alimento es malo en sí mismo. "No es necesario eliminar la carne roja de nuestra alimentación siempre y cuando su consumo sea ocasional y no se abuse de él", afirma la experta. En este sentido, González explica que consumiéndola de manera equilibrada puede resultar beneficiosa para la salud: "Es una gran fuente de proteína y minerales, como hierro, fósforo, magnesio y selenio (que favorecen el crecimiento y desarrollo de las células y la masa muscular) y de vitaminas del grupo B. Como la b12, esencial para el organismo".lo mismo con las carnes procesadas. "Su consumo no aporta ningún beneficio a la salud. Son carnes excesivamente manipuladas, llenas de colorantes, conservantes, aditivos y productos químicos que van en contra de nuestro organismo", insiste la experta. Por lo tanto, añade, "Habría que hacer una distinción entre carne procesada y carne roja, siendo la primera de consumo no aconsejable y la segunda de consumo ocasional, teniendo en cuenta que no es imprescindible".
Según esto, González aconseja priorizar el consumo de pescado, carnes blancas (como pollo, conejo o pavo) y huevos. Así como escoger, en la medida de lo posible, las opciones más naturales, que provengan de animales criados en libertad. Pero si se quiere incluir de manera saludable la carne roja en la dieta, estos son cinco consejos para hacerlo:
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